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Cuando encuentras una luciérnaga te olvidas de la luna y las estrellas, que un momento antes ocupaban toda tu atención. Solo las vemos en las noches de julio, porque es el tiempo de cortejo de estos insectos. Las hembras, con esa luz propia, atraen así a los machos.
Esta escultura la titulé “Danza De Luciérnagas” en homenaje a estos pequeños escarabajos que siempre me ha encantado encontrar. Mi luciérnaga está en una actitud seductora, a punto de aspirar el aire que hará brillar en su abdomen la sustancia que contiene y empezar su baile.
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– ¿Y qué os ha dicho la Tierra? – le preguntaba un átomo de fósforo a otro de hidrógeno – en la última reunión anunció que tenía grandes noticias para todos.
– Nos ha explicado que su capa externa se va a enfriar y que va convertirse poco a poco en sólido – respondía el hidrógeno, sin mencionar nada de lo que había comentado la Tierra sobre el agua y los gases.
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